martes, 28 de julio de 2020

Formación online o presencial: ¿cuál es mejor?

Ni mejor ni peor. Cualquier vía es buena para aprender. La elección solo depende de las preferencias de cada estudiante. Eso sí, cada una tiene sus ventajas y sus inconvenientes. ¿Quieres saber cuáles son?

ventajas e inconvenientes
Los datos del crecimiento de la enseñanza online abruman, pero lo cierto es que, según los entendidos en la materia, tanto esta como la presencial tienen sus pros y sus contras.
Principales ventajas del modelo online:

  • Flexibilidad y actualización. Al no haber horarios predefinidos, los estudiantes pueden adaptar la formación a sus necesidades y conciliar vida laboral y familiar con estudios. Además, el mundo online posibilita estar permanentemente informado y actualizado.
  • Acceso 24x7. Gracias al desarrollo de la tecnología, cualquiera que tenga un dispositivo móvil puede acceder a la formación que esté cursando en cualquier momento y lugar. Además, los recursos y materiales necesarios están siempre al alcance del estudiante. De hecho, según la UNIR, el uso del móvil con fines formativos está creciendo enormemente en los últimos años y crecerá aún más en los próximos.
  • Ahorro de costes y tiempo. El e-learning también implica costes —sobre todo a nivel tecnológico—, pero en líneas generales suele ser una opción más económica. Además, se eliminan los desplazamientos.
  • Seguimiento y personalización. Ofrece a los profesores un nivel de feedback hasta ahora inédito sobre los avances, retrocesos o necesidades de sus alumnos que permite personalizar el aprendizaje de cada uno en función de sus necesidades.
  • Cercanía. Además del contenido formativo propiamente dicho, tener a un profesor delante, ver sus expresiones o escuchar el tono de su voz —tenerlo a mano, en definitiva— garantiza un extra de información y una cercanía que el modelo online no da.
  • Motivación. El contacto humano siempre es un plus. Una mayor interacción humana mejora la implicación y alimenta la competitividad de los estudiantes. Además, siempre se aprende más en compañía —charlas, debates, trabajos colaborativos, etc.— que en soledad y se fomenta el networking.
  • Autonomía. La tecnología puede llegar a ser frustrante durante el aprendizaje: no se oye el audio, el vídeo se para, el servidor se cae, etc.
  • Rutina. Al estar sometido a horarios, favorece el establecimiento de los hábitos de estudio propios de este tipo de aprendizaje.

Dicho esto, también existen algunos inconvenientes. Por ejemplo: la formación online requiere más organización y fuerza de voluntad que la presencial. De ello da buena muestra un dato: según el Ministerio de Educación, la tasa global de abandono y cambio de estudio en másteres es de un 60% en la modalidad online por un 28% en la presencial. Además, según los expertos, conlleva cierto aislamiento o falta de socialización, requiere un considerable desembolso en dispositivos (ordenador, smartphone o tableta) y un mínimo conocimiento de las nuevas tecnologías.
Respecto al modelo presencial, las ventajas son las siguientes:
Vamos con los inconvenientes. La formación dura lo que dura y cuando finaliza la clase ya no hay posibilidad de volver a recibirla. Además, al tener que desplazarse al lugar donde se imparte la clase, se invierte tiempo y dinero extra en ello. Por otro lado, está la limitación formativa por motivos geográficos. Es decir, el estudiante no siempre tiene a mano la titulación que quiere, mientras que el modelo online permite a cualquiera estudiar lo que desee independientemente